viernes, 22 de enero de 2010

¿En que proceso me encuentro?

Esta lectura la realice para una clienta, la idea inicial era pedirle al oráculo una respuesta respecto a que esta pasando con ella en estos momentos. La lectura obtenida fue la siguiente:

Para la interpretación, tome la letura como una secuencia de pasado, presente y futuro, en donde :

La casa Dios, en el lugar desde donde se origina el momento presente.

La Luna; el momento actual

El Emperador, una proyección futura.

De esta lectura me llama la atención el modo en que se ordena este "caos aparente". Pasando primero desde la desestructuración (La Torre), lo que desencadena el transito hacia lo que llaman "La noche oscura del alma", para buscar una nueva organización y entendimiento representado por El Emperador.

Dada la disposición de las cartas me centre en explorar el modo en que mi clienta vivencia sus afectos, de que como la afectan e invaden, para ella la conexión con el mundo emocional e intuitivo que propone La Luna le es ajeno, se desprende un cierto temor hacia todo lo relacionado con aquel mundo femenino, ya que desde siempre se ha identificado más con el operar masculino.

Continuamos la lectura, esta vez explorando en aquella Torre abolida, que moviliza tal estado angustioso en ella. Me hablo de su infancia, y de como esta ha cobrado vida en este ultimo tiempo, en sesión recuerda como su madre no le presta el apoyo ni la escucha que ella siempre ha necesitado.

Pido otra carta al oráculo para explorar un poco más desde donde se destruye esta Torre, que la hace caer y obtengo la carta El Mago


El Mago como arcano I encarna el poder personal de realización en el área que se necesite del despliegue de nuestros talentos y destrezas; pues bien al lado de La Torre, claramente algo ocurría en esta área y que tiene sus orígenes en esa infancia.
Algo pasó relacionado con sus talentos y /o capacidades. Pudo ser que "algo" haya ocurrido objetivamente, o que en sus efectos haya quedado una visión empobrecida de sus propias capacidades.
Al dar el mensaje de El Mago en esta disposición, pude confirmar mis sospechas al respecto. Desde niña presento dificultades en el área del aprendizaje, por lo cual siempre necesito de profesores que la apoyaran de modo individual, y ella siempre sintió ese trato especial de sus padres.

Esta vivencia pudo haber dejado en ella la impronta de sentirse concretamente poseedora de una condición "especial", que la hizo y aún de algún modo la hace sentir que no es capaz del todo.

Por otra parte el Arcano La Luna, la muestra en el momento actual proyectando una demanda afectiva hacia los otros, sobre todo con su madre. Es acá donde siento que hacen sentido sus palabras: "Ella no me escucha, quiero hablar de peras y me sale con manzanas"..."siempre termina por colonizar todos los espacios", etc.

En este punto trato de detenerme para ver de que modo ella podría ser conciente de la posiblidad de apropiarse de su propio espacio de afecto, de que modo ella podría "sanar a esta niña herida", que a sus 29 años, aún clama por la atención y afecto (desde donde ella siente que se le debe otorgar).

El Emperador en principio me parecía algo disonante en la la lectura, como si el transito desde la Torre Abolida, al paso de la noche oscura del alma fuese un momento del que hay salir rapido, del que hubiese que desembarazarse prontamente. Frente a esta impresión, trate de ahondar en el modo en que ella se ve a si misma enfrentando esta situación, y tuve fuertemente la sensación de que no se permite estar en la pena, estar en la ambiguedad es algo intolerable, por lo cual rapidamente trata de ordenar la situación, poniendo todas las cosas desordenadas en su lugar.

Expuse mi visión respecto a su mecanismo defensivo, su necesidad de mantener todo ordenado y de no profundizar en aquellas heridas del alma.

Cerré la lectura sugiriendo a mi parecer el encuentro con su parte femenina, con la necesidad de encontrarse con ella y con su madre desde ese lugar, le di cuanto dato de biodanza y terapia corporal que conozco con la esperanza de que se decida a trabajar para conectar con sus afectos y no minimizarlos, ni otorgarles etiquetas que encasillan y limitan.